(...) Llegando al final de recorrido, aparece Beja, con su imponente castillo del siglo XIII que se conserva en perfecto estado y permite recorrer todo su perímetro y subir a su torre, desde la que se divisa la meseta del Bajo Alentejo. Después hay que bajar al centro histórico y perderse en las estrechas calles para descubrir algunos tesoros, como la Catedral manierista y barroca, la Iglesia Matriz de Santa Maria, el núcleo visigótico de la Iglesia de Santo Amaro y, detenidamente, el Museo Reina Doña Leonor, en el Convento de la Concepción. Aquí espera una riquísima colección arqueológica de azulejos y arte religioso. En Beja hay que andar por sus callejuelas, que esconden encantadores cafés que parecen de otra época y tiendas donde es recomendable comprar artesanía típica, desde objetos de barro y madera a artículos de corcho.
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